El significado del trabajo en la teoría marxista

3 de enero de 2019

Abordar la actualidad de la noción de trabajo del marxismo requiere advertir sobre el tipo de reflexión que se va a realizar. No se pretende a continuación subrayar el enfoque economicista ni filosófico que se desprende de las principales obras de Marx o sus estudiosos. Por el contrario, constituye una exposición en torno a este concepto y que es de actualidad.

La actualidad de la cuestión entorno al trabajo se justifica en

"una compleja discusión, académica y política, sobre los cambios que se están produciendo en la realidad laboral; esta discusión incluye temas sumamente variados, que hacen referencia al sentido del trabajo, la supuesta «crisis de centralidad» del mismo, las formas no mercantiles de trabajo, los cambios en el trabajo asalariado y en la organización social de la producción, las consecuencias de esos cambios en la estructura social, las propuestas políticas de reducción del tiempo laboral o de disociación de trabajo y renta, etc." (NOGUERA, El concepto de trabajo y la teoría social crítica, 2002)

El marxismo, que bebe críticamente de la filosofía hegeliana y del materialismo, ve en el trabajo un proceso de mediación en el que se ponen en activo las fuerzas de los trabajadores (proletariado), que les es propio, así, la producción a escala individual sería la actividad esencial de la voluntad del hombre, dirigida a un fin, que es la satisfacción de sus necesidades –que supera el sentido de subsistencia-; de esa forma, se expresa (autorrealiza) la naturaleza (potencialidad) del individuo. (1)


Ahora bien, la distinción entre valor de uso y de cambio, junto con otras categorías marxistas han sufrido el desarrollo del capitalismo, de modo que, buscar su aplicación puede parecer un intento forzoso que muestra los límites objetivos del primer marxismo (2), o por el contrario, una apoyatura sobre la que responder situacionalmente a los retos que las formas de capitalismo nos presentan hoy día.


Desde finales del siglo XVIII, momento en que podemos situar la génesis del concepto abstracto de trabajo, y principios del XIX, éste viene a constituir el proceso central de la sociedad para los teóricos de la economía política (SÁNCHEZ GARAY, 1991). Por tanto, la crítica al sistema económico tendrá implicaciones que se extenderán a la organización socialestructural. Señala Noguera cuatro ejes conceptuales para abordar el concepto de trabajo:

  • 1) eje de valorización frente a cosificación, refiere a la dignificación (sociedades modernas) o
    desprecio (sociedades antiguas) del trabajo como valor social;
  • 2) eje amplio-reducido, más allá de la racionalidad instrumental (amplio) o considerado por recompensas extrínsecas (reducido);
  • 3) eje productivismo-antiproductivismo, siendo el primero una concepción del trabajo-producción como modelo de existencia humana (fin en sí mismo); y, por último,
  • 4) eje centralidad-no centralidad social y cultural; si bien en su conjunto ofrecen una arquitectura interesante para el abordaje del concepto, nos detendremos algo más en el último

"No se habla aquí de centralidad del trabajo en el sentido obvio o trivial de que el trabajo es necesario para la supervivencia, sino (…) centralidad social y cultural: (…) hasta qué punto constituye el trabajo una instancia básica que estructura las instituciones sociales y la vida de los individuos " (NOGUERA, El concepto de trabajo y la teoría social crítica, 2002, págs. 147-148)

Es decir, no solo cabe prestar atención a la vieja regla de adscripción de identidad (3)  en economías desarrolladas (4), sino que además, la articulación de la vida social pública (5) es el lugar para el estudio de las relaciones socio-laborales, el sistema de producción, el asalariado, las instituciones sociales, las relaciones cotidianas y la vida de los individuos.


Siguiendo a Noguera, es posible mantener un concepto unificado a la vez que abstracto de trabajo frente a posiciones que persiguen disolverlo con diferentes estrategias, bien mediante el reduccionismo que propone identificar trabajo con empleo asalariado, o aquellos discursos sobre el
fin del trabajo. No se pretende que el trabajo sea la única ni central vía de autorrealización (de las pasiones y voluntades) del individuo, tampoco posicionarlo en un lugar privilegiado para la organización de la estructura social. “Sería una ironía histórica el que, precisamente en la civilización más rica y tecnológicamente avanzada que se ha conocido, los hombres y las mujeres asumiesen como algo inevitable e insuperable la alienación y el empobrecimiento vital en una actividad tan cotidiana como es el trabajo”. (NOGUERA, 2002, pág. 164)

Relacionado: Teorías del trabajo frente al paradigma de la empleabilidad

Notas de texto

  1. Será la perspectiva acerca del sentido del trabajo la que dará lugar a intensos debates entre los posmarxistas y que conducirá a éstos a separarse entre sí en dos facciones que Noguera (2002) agrupa en quienes asumen el trabajo en un concepto amplio que ve las potencialidades y no lo reduce a mera actividad instrumental (en la dicotomía trabajo alienado / trabajo libre), y aquellos cuya lectura de Marx abogan por un concepto reducido de trabajo alienante por sí mismo.
  2. Para un estudio acerca de la evolución y  divergencias en las interpretaciones de las obras de Marx y corrientes marxistas puede ser útil la lectura de La teoría marxista hoy. Problemas y perspectivas (2006) o El concepto de trabajo y la teoría social crítica (2002, págs. 143-145).
  3. Con regla de adscripción de identidad referimos al vínculo que Marx concibe en la relación mercancía (producto) y obrero, por la cual el hombre (artesano) se autorrealiza con el
    producto. Este vínculo relacional ha sido estudiado entre otros por Weber (1924)
  4. La utilización del término «desarrollado» en referencia al sistema organizacional económico
    para referirnos al  Occidental post-capitalista, en un trabajo de este tipo, tiene difícil encaje, pues viene a reproducir la jerarquía de Occidente sobre el progreso económico positivo -y hasta lineal según las lecturas más ortodoxas- sobre el que las teorías de descolonización de las que tratamos en el primer apartado nos advierten. Debido a que plantear «el desarrollo» en unos términos diferentes a los que se utiliza en la bibliografía de referencia nos alejaría del objeto que perseguimos, dejamos en el tintero la crítica al mismo.
  5. Puede ser interesante profundizar en la relación estructura económico-laboral con el
    desarrollo de la vida privada y pública de los actores sociales. Sobre estos temas la sociología
    contemporánea ha prestado especial atención. En la bibliografía se recogen algunos ejemplos
    que han sido consultados.

Referencias

 BARBERO, C. (2013). La gestión de la vida en el trabajo. Obelisco.
 BARON, A., AMADEO, J., & GONZÁLEZ, S. (2006). La teoría marxista hoy. Problemas y perspectivas. Buenos Aires: CLACSO.
 BAUMAN, Z. (1998). Trabajo, consumismo y nuevos pobres. Barcelona: Gedisa.
 BRAUDEL, F. (1979). Civilización material, economía y capitalismo, siglos XV-XVIII (Vols. II, Los juegos del intercambio). España: Alianza.
 CAMPOS RÍOS, G. (2003). Implicaciones económicas del concepto de empleabilidad. (B. U. Puebla, Ed.) Aportes, VIII(023).
 DE SOUSA SANTOS, B. (2006). Renovar la teoría crítica y reinventar la emancipación social (encuentros en Buenos aires). Buenos Aires: CLACSO.
 LASIERRA, J., & MURAYAMA, C. (2002). Economía del trabajo y política laboral. Madrid: Pirámide.
 MIES, M. (1986). Patriarchy and accumulation on a world scale. Londres: Zed Books.
 NOGUERA, J. A. (1996). La teoría crítica: de Frankfurt a Habermas. Papers(50).
 NOGUERA, J. A. (2002). El concepto de trabajo y la teoría social crítica. Papers: revista
de sociologia(68), 141-168.
 RIFKIN, J. (1996). El fin del trabajo. Barcelona: Paidós.
 SÁNCHEZ GARAY, E. (Abril-Septiembre de 1991). El trabajo en Marx: via crucis y fuente de salvación. Revista Vínculo Jurídico(6-7).
 SANTOS, A. (2001). Trabajo, empleo y cambio social. Valencia: Tirant lo Blanch.
 THUROW, L. (1993). El futuro del capitalismo. Buenos Aires: Javier Vergara.
 TRENTIN, B. (2013). La ciudad del trabajo. Bomarzo.
 WEBER, M. (1924). Sociología del trabajo industrial. Madrid: Trotta.


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