Estudio de "Un mundo desbocado - Guiddens"

30 de marzo de 2020

GIDDENS, A. (1999). Un mundo desbocado: Los efectos de la globalización en nuestras vidas. Madrid: Taurus.

El presente trabajo lo he querido enfocar a partir de un estudio pormenorizado de los planteamientos de Anthony Giddens que se detallan en el libro en cuestión. Seguiré una estructura inductiva en la exposición, y siguiendo el criterio exigido de brevedad, el trabajo se organiza en cinco apartados que corresponden a los capítulos del libro [Véase: Globalización, Riesgo, Tradición y Democracia] que incluyen por orden numérico las nociones básicas que Giddens transmite, además de un breve comentario personal de las mismas; y un quinto apartado en el que indico las informaciones que me han resultado apropiadas citar de el autor de cuya obra trata el trabajo que presento a continuación.

Sobre la nacida Globalización

  1. 1. Globalización entendida como una serie de cambios políticos, tecnológicos, culturales y económicos en todo el planeta terrestre, que genera por primera vez en la Historia una sociedad plural cosmopolita mundial.
  2. 2. Menos peso de los Estado-Nación, instituciones “concha”, mundo de perdedores y ganadores, transformación de los antiguos “enemigos” en actuales “riesgos”, creciente desigualdad y “saqueo global” en la “aldea global” son rasgos de la Globalización.
  3. 3. Casual orden mundial anárquico que genera impotencia debido a las deficiencias de la instituciones no adaptadas al cambio.
El Mundo desbocado de Giddens es el mismo en el que vivimos. Podemos ver por nosotros mismos el avance y el progreso de la sociedad en todos sus ámbitos. Lo que conocían nuestros abuelos, e incluso en la sociedad que algunos de nuestros padres se forjaron no tiene nada que ver con la que hoy nosotros nos enfrentamos. 
Es el mundo de la innovación, de las ideas, de los avances tecnológicos y de los problemas de la sofisticación. Aquí, atrás quedó la mentalidad de guerra, pero no abandonamos el instinto individualista del “todo por el yo y por lo mío”. El Estado del Bienestar global está a expensas de las respuestas que demos desde todos los puntos de la geografía humana. Es necesario reivindicar, desde la base social de cada país, una idea de mundo cosmopolita y por tanto, solidario. Hemos de paralizar los conflictos bélicos y desde unos principios universales enfatizar en la Justicia. Si la Filosofía Antigua consideró que la Democracia es el régimen
menos malo, hablaremos aquí de la Globalización democrática: Requiere de conocimientos en todos los campos y de la capacidad de consenso y diálogo entre culturas. El Mundo es uno y único, y se hace preciso alejarnos de ideologías que quieren adueñarse de él. La “aldea global” no impide hacer política democrática, pero si obliga ha realizar un esfuerzo por el entendimiento entre
diferentes maneras de concebir la organización social. 
El problema que plantea la Globalización es la creciente desigualdad, el libre comercio arruina la economía local y se hace pertinente regular los mercados con criterios de distribución de la riqueza aptos, equitativos y justos. No debemos depender de entidades “intocables” supranacionales o nacionales que aspiran a la máxima que atrás mencioné. Tenemos que dar respuesta a la impotencia que nos sugiere este orden mundial anárquico, controlarlo, y subsanar las deficiencias de las instituciones, para seguir haciendo camino.
Soy partidario de que las estructuras democráticas progresen hacia algo más que un territorio delimitado, no creo en fronteras ni en aranceles de la Edad Moderna. Por supuesto, el Estado de Bienestar ha de consolidarse bajo principios universales: igualdad sí, pero sin libertad no merece la pena, y ninguna de las dos son posibles sin solidaridad (que no caridad). Pues en definitiva, no se es más cosmopolita por acoger muchas ideas, sino por solidarizarse con ellas y dar una respuesta a las incertidumbres que se nos abren paso ante nuestras miradas.

Sobre el riesgo novedoso

  1. 1. Conceptualmente el “Riesgo” es entendido como peligros novedosos que se analizan activamente en relación a posibilidades futuras.
  2. 2. El Riesgo es característico de las sociedades orientadas al futuro o sea, aquellas que quieren romper con su pasado y que son vistas como civilizaciones industriales modernas.
  3. 3. La “voluntad divina” era la premisa mediante la cual los sucesos fortuitos se justificaban en culturas anteriores, por tanto el Riesgo no existía como tal.
  4. 4. Se diferencia el Riesgo externo del Riesgo manufacturado, el primero es aquel que se experimenta de las sujeciones de la naturaleza; el Riesgo manufacturado es el creado por el impacto de nuestro conocimiento, a tener en cuenta situaciones con poca experiencia histórica.
  5. 5. No es posible aceptar los hallazgos científicos solo por convención en las situaciones de riesgo manufacturado, y hay que actuar en cuestiones de formas de riesgo aunque no haya evidencia científica definitiva sobre ellas (Principio precautorio y Paradoja de la rutina del alarmismo y del escándalo).
  6. 6. Extensión del Riesgo manufacturado que conlleva la interacción entre los gobiernos estatales y nacionales.

Tildo de “novedoso” al sujeto del epígrafe acorde con el análisis de Giddens sobre el mismo. Nos caracteriza como sociedad que aspira hacia un mejor estado, aquel que algunos denominamos Estado del Bienestar, hoy en crisis no por voluntad divina sino por los peligros que lo han acechado. Quisiera por tanto, centrarme en el caso más cercano que conozco: España. El Estado democrático
que se entiende consolidado está sufriendo ajustes, y de manera alarmante llevados a cabo por defensores de la tradición, los conservadores. El riesgo ha tomado una nueva dimensión entonces, y no es raro escuchar jergas de años de guerra. El conflicto entre el bando progresista y el conservador sigue patente, y adopta formas diversas. Pero no es sobre la política de partidos a lo que vengo a hacer aquí hincapié, sino a dar muestra de que a pesar de que hay programas de gobierno diversos, todos sucumben al riesgo de no poder controlar, predecir y evitar los cambios que se produzcan y producen. El riesgo manufacturado que generamos con leyes bancarias y neoliberales (las que apoyan una autorregulación de la economía) es el que nos condiciona y hoy nos ahoga. Dependemos hasta el extremo de la economía que se ha basado en transacciones “de ordenador” y que hace algunos años se colapsaron. Se juega a ser Dios en Palacios capitales, el riesgo se asume y las consecuencias no se prevén. La gestión del riesgo es considerada al mismo nivel que la administrativa o incluso la judicial. Un caos que puede resultar favorable al mundo que queremos o dar apariencia del bienestar que tenemos.

Sobre la tradición hecha

  1. 1. El ritual y la repetición define la tradición o costumbre, frente a lo que solemos pensar de que el rasgo clave es la persistencia en el tiempo.
  2. 2. La sociedad tras el fin de la naturaleza, que se entiende es cosmopolita, global y emergente vive con el fin de la tradición, con la permutación de la sociedad tradicional.
  3. 3. Defensa de la tradición de manera no tradicional. Las tradiciones seguirán sustentándose en la medida en que puedan justificarse efectivamente en relación con otros usos o formas de hacer las cosas.
  4. 4. La “Adicción”, al igual que la Tradición, es sierva del pasado porque no puede romper con lo que en principio eran hábitos de vida libremente escogidos.
  5. 5. Conflicto entre adicción y autonomía; Conflicto entre cosmopolitanismo y fundamentalismo.
  6. 6. No podemos vivir en un mundo en el que nada sea sagrado. La moralidad cosmopolita está enlazada a la pasión [Ninguno de nosotros tendría algo por lo que vivir, si no tuviéramos algo por lo que merezca la pena morir. Giddens.].

“Todas las tradiciones son tradiciones inventadas y llevan incorporadas la noción de poder, las inventan quien necesita legitimar su dominio” es la frase que podría sintetizar la mayor parte de los planteamientos que Giddens evoca en este capítulo. 
Desde luego, es una revolución en si mismo afirmar que la tradición es inventada y así quitarle la importancia que generalmente le damos acostumbres popularizadas en nuestra sociedad. Las conclusiones, por tanto, son conmovedoras en sentido que choca de lleno con la “tradición divina” y las nociones que se nos vienen a la cabeza cuando tratamos de analizar la repercusión que Instituciones como la católica ejerce en nuestras sociedades. 

Es curiosa la forma de abordar este concepto por parte del sector conservador: Tradición como concepto de contención de sabiduría acumulada, define Giddens. Si fuera costumbre en un pueblo “A” hacer entregar a la autoridad local todas las pertenencias de los
forasteros y además hubiera una institución que así lo dictara, y se viniera haciendo durante cierto tiempo: ¿Es justo, ético, moral? A la vista está que no. La tradición que se vacía de contenido y se comercializa se convierte en lo que Giddens denomina “folclorismo”, tradición presentada como espectáculo. 
En otro orden, la tradición podría representar el pasado colectivo sobre el presente, y el pasado individual podría estar marcado por la ansiedad de repetir la misma estructura una y otra vez, en otras palabras, “la repetición adicta adictiva” como creo que es más adecuado llamar. Cuando se deja vía libre y se ha de elegir, surge la necesidad de crear y recrear la identidad personal, el fundamentalismo es donde entra en juego. Somos vulnerables cada vez más en la sociedad cosmopolita de ser captados por grupos que defienden una tradición a la antigua usanza, todo en un ambiente y con un discurso estudiado para manejar al individuo como siervo. Quizás sea ese uno de los peligros que Giddens no alumbra en esta obra, pero sí determina sabiamente el poder de los Guardianes de la tradición. Pero no podemos vivir en un mundo donde nada sea sagrado, y comparto con el autor que si hemos de sacralizar algún valor que sea universal.

Sobre la familia tradicional y cosmopolita

  1. 1. La Familia Tradicional (que es la forma estándar de los años cincuenta) es una fase tardía y transicional. Se basa en la unidad económica y se refuerza con las ideas de Matrimonio y reproducción; Del amor “romántico” se pasa al “contrato”.
  2. 2. Tanto el Matrimonio como la Familia son “Instituciones concha”.
  3. 3. En el sistema tradicional familiar la pareja tiene la misma importancia que los hijos o las relaciones externas, mientras que en el sistema de parejas es la pareja (amor y atracción sexual) el núcleo familiar que se asienta sobre la intimidad y la comunicación.
  4. 4. La comunicación sirve para establecer y continuar el vínculo, relaciones sexuales amorosas, amistad y relaciones padre e hijo se convertirán en “relaciones puras”, de buena democracia o de iguales.
  5. 5. La Buena Relación de Iguales (mismos derechos, obligaciones y respeto) está libre de poder arbitrario, coercitivo o violencia. 

Es la Democracia de las Emociones. Parece una incoherencia hablar de tradición como algo inventado y en este lugar apelar a dos sistemas familiares. No es así. La historiografía, en especial la de la Edad Moderna, ha tratado la familia como parte importante de la sociedad, y no se equivoca Giddens al dedicarle este capítulo dentro del libro sobre los cambios que conlleva la Globalización. Es pues un cambio más. 
El sistema de parejas aspira a la “buena relación de iguales”, y esta idea está muy interiorizada en nuestra sociedad. El “matrimonio” actualmente está liberado de la carga religiosa, se entiende como unión y compromiso: Existe una regulación civil de la unión entre personas. 
Los principios de igualdad de sexos y de libertad sexual ha sido una conquista reciente. Se condena también como sistema de estratificación las castas, patriarcados y cualquier práctica de sometimiento y poder. La aceptación de las obligaciones lleva consigo la adopción de derechos regulados e inscritos en las “tablas sagradas” (me refiero al conjunto constitucional). Nuestra sociedad aspira a la felicidad, y esto lleva siendo así en la mayoría de sociedades desde Sócrates, Platón y Aristóteles. Además algo importante es el reconocimiento de la realización personal. En nuestra sociedad, creo que es justo, mencionar la influencia de la socialdemocracia, puesto que los gobiernos democráticos han sido en su mayoría de esta convicción. Y es que, opino que son las leyes muchas veces las que sancionan conductas, establecen valores y marcan pautas.

Sobre la Democracia, problemas y propuestas

  1. 1. Se entiende con Democracia al sistema que implica competencia efectiva entre Partidos políticos que buscan puestos de poder.
  2. 2. Elecciones regulares limpias, Derechos civiles, Pluralidad política y Participación democrática son propios del sistema democrático occidental.
  3. 3. Ha habido una evolución que se resume en tres etapas:
    1. a. Democracia del siglo XIX: Combate de élites; principio inspirador de la Revolución Francesa y estadounidense.
    2. b. Democracia del siglo XX: Interrumpida por los regímenes autoritarios.
    3. c. Democracia XXI: Fortalecimiento, ampliación y Estabilidad del sistema.
  4. 4. Dos explicaciones ante el avance del sistema:
    1. a. Visión triunfalista: Combinación de Occidente democrático y libre mercado.
    2. b. Paradoja de la Democracia: El sistema se expande mientras que las consolidadas.
    3. c. democracias desilusionan y caen índices de participación.
  5. 5. Democratización de la Democracia: Respuestas globales ante problemas globales.
  6. 6. El mundo es más independiente y los problemas comunes son mayores; “Si la Unión Europea solicitara adherirse a ella misma no lo lograría”.
Entender la Democracia como un sistema conlleva, como afirma Giddens, a que dentro del mismo se enfrenten programas e idearios de gobierno. Así, debieran ocurrirse comicios libres y regulares, donde además pudieran concurrir diversos programas en el marco de unas siglas eminentemente democráticas. En la evolución de tres etapas no se menciona el origen posible de los principios que
inspiran el actual sistema; no se recogen reformas clave como la de Clístenes o Solón, que han sido la base para entender tanto en el siglo actual, como en los dos anteriores, el papel del sistema. 

La Democracia se ha ido fortaleciendo más lentamente que los regímenes autoritarios, y es que sociológicamente puede decirse que, los autoritarismos vienen detrás del declive de “sistemas abiertos” (con sistemas abiertos me refiero a modos de organización plurales, donde se realiza una participación activa, se cuenta con soberanía popular y el Gobierno está sujeto a las leyes, además
de incluir la definición de Giddens). La era de la información nos hace estar más concienciados de lo que pasa a tras muros, y es por ello por lo que nuestra participación, implicación y respuesta es tan trascendente como si lo viviéramos en primera persona. ¿La crisis es sólo de España?, ¿El gobierno ha generado la crisis?, estas preguntas se niegan con el argumento acertado, bajo mi punto de
vista, de la era global. Hemos de fomentar una cultura cívica (y progresista) solidaria, pero además crítica y no ajena a lo que ocurra tras las pantallas que en ocasiones sólo muestran lo que otros quieren que veamos. Por último, he de decir que esta sociedad necesita más confianza no en otros (gobiernos, mercados...) sino en sí misma, y en el sistema democrático que tanto nos ha ayudado, y
si algún “brazo” de él se atrofia, ejercitémoslo.
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