Sin novedad en el frente -1930

25 de diciembre de 2014

Sin novedad en el frente (1930) dirección de Lewis Milestone
Género histórico, siglo XIX.
Drama de la Guerra Mundial desde la vivencia de un grupo de muchachos alemanes

Este filme nos adentra en la Guerra a través de un grupo de muchachos jóvenes de nacionalidad alemana. Es el Profesor de estos quien les incita para alistarse, y a pesar de que alguno de ellos es reticente, al final logra su objetivo.

Llama la atención la euforia que entra por las ventanas del aula donde se encuentran. El discurso de la defensa de la patria mater legitima la barbarie que en los primeros momentos según el filme goza de un respaldo casi romántico, y no es otra cosa que ideología nacionalista exaltada, comprobable en premisas como las que se pueden oír de boca del profesor:

“Hermoso e idílico es morir por la Patria”, “sacrificarnos por nuestro país”.

La presunción de que sería una guerra rápida y con pocas bajas, en principio, se utiliza para convencer a los combatientes del frente.

Lo cierto es que, cuando llegan los jóvenes eufóricos a enfrentarse con la realidad del ejército “disciplinado” alemán, no es lo que esperaban. Son enviados a luchar al frente, para lo que no están preparados, realidad que en tiempos de guerra sucede, porque aún ni siendo maduro emocionalmente, alguien soporta tantos asesinatos de guerra. Así, es el alemán, un ejército de frente inexperto, que siente miedo de “los otros”.

 La economía de guerra aquí queda reflejada en transacciones con comida, tabaco, ropa, fungibles y armamento. “El dinero es papel”. Además se observa el enfrentamiento de bombardeo continuo y guerra de trincheras. Hay una gran insalubridad en el frente de combate, y en general unas condiciones de vida nada favorables.
 “La Guerra comienza con ofensas de un país a otro” expone un combatiente al grupo de muchachos encerrados en la trinchera. Tras cierto tiempo, llegan a la conclusión de que esa guerra no es su Guerra, porque ellos no la necesitaban. El motivo que se les pasa por la cabeza, y esto debería hacernos reflexionar, es que los Generales necesitan la guerra para hacerse famosos. El resultado es que no se identifican con las decisiones que han tomado los Generales y Monarcas. Quien para los soldados es un compañero, para los que “ordenan jugar a la Guerra” es un número.
 Los soldados enloquecen de remordimiento, tras haber matado a tantos otros que “sin uniforme podrían ser hermanos o amigos”. Tras esto, los soldados no son capaces de reinsertarse en la sociedad.

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